DEL ASEDIO DE VIENA A UN CLÁSICO DE LA PANADERÍA FRANCESA

Estamos en 1529, Viena, la manzana dorada de Europa, estaba siendo asediada por los turcos otomanos comandados por el sultán Solimán el Magnifico; tenemos que saber que el enclave caía, las huestes musulmanas tendrían la puerta abierta para marchar sobre el resto del continente, el futuro de la cristiandad estaba en juego.  Pasados 28 días de asedio, los otomanos comenzaron a cavar túneles bajo las murallas de la ciudad, con el fin de llenarlos de pólvora y derribar los muros, esto lo hacían muy de madrugada, cobijados por el manto de la oscuridad, mientras los panaderos de la ciudad preparaban panes y masas con el fin de darles alimento a los aguerridos defensores; con tan mala suerte corrieron los turcos, pues los panaderos al trabajar tan cerca de las murallas notaron las vibraciones que producían sobre barriles de agua los picos y las palas aproximándose a la ciudad, corrieron a alertar a los guardias, quienes bajo órdenes de sus superiores cavaron en sentido contrario, encontraron a sus oponentes y les hicieron frente, salvando así la ciudad. Para conmemorar su victoria, los panaderos crearon una masa hojaldrada en forma de medialuna, que es un símbolo de la fe musulmana.  Posteriormente tras la victoria sobre Viena, los croissants o medialunas se popularizaron en Francia, quien en cierto modo se apropió de ellos. ¡Son un símbolo de resistencia y astucia de los panaderos que aquella noche salvaron Europa! Por: Andrés Felipe Vela

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